
Desde el punto de vista biomecánico, cuenta con una parte activa generadora de la fuerza y una parte pasiva que transmite la fuerza produciendo entre ambas el movimiento dental.
Este tipo de aparatología va cementada a los propios dientes y ejerce unas fuerzas para que los propios dientes o el hueso que los soporta se muevan. De este modo estos aparatos se pueden configurar para ejercer esa fuerza tanto a nivel dental como esquelético. Todo dependerá del tipo de aparato fijo.
Estos aparatos están indicados en pacientes con mordida cruzada, en arcadas superiores con forma de pico o triangulares donde los sectores anteriores y laterales son más estrechos que el sector posterior, en apiñamiento dental con arcada superior estrecha y en molares superiores rotados.
Los efectos principales de esta aparatología son la expansión y apertura de la arcada a nivel de premolares y caninos y las rotaciones distopalatinas de los molares, de esta forma se irá produciendo una expansión lenta simétrica o asimétrica en función de si la expansión es de una o dos hemiarcadas.